Los mejores poemas para mamá

 

“La más bella palabra en los labios de un hombre es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.”

(Khalil Gibrán, poeta libanés)

La poesía es una herramienta para expresar nuestros sentimientos más profundos, nos ayuda a transmitir emociones de una manera más profunda y significativa que otras formas de comunicación. Dedicar un poema a nuestros seres queridos es una forma de expresarles nuestros sentimientos más profundos de amor y afecto.
Mamá es una de las personas más importantes en la vida de una persona, y dedicarle un poema en su día especial es un gesto único para expresarle nuestra gratitud y cariño. Por eso les compartimos una selección de 3 poemas para dedicarle a mamá este día de las madres. ¡Que los disfruten!

Dulzura, de Gabriela Mistral

Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo,
deja revolverlo
sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío,
y en tus brazos locos
tenme suspendido.
Madrecita mía,
todito mi mundo,
déjame decirte
los cariños sumos.
 
Cuando sea grande, de Álvaro Yunque
Mamá: cuando sea grande
voy a hacer una escalera
tan alta que llegue al cielo
para ir a coger estrellas.
Me llenaré los bolsillos
de estrellas y de cometas,
y bajaré a repartirlos
a los chicos de la escuela.
Para ti voy a traerte,
mamita, la luna llena,
para que alumbre la casa
sin gastar en luz eléctrica.

 

Las manos de mi madre, de Alfredo Espino
Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Solo ellas son las santas, solo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas! 
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades. 
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas). 
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!

¿Conoces algún otro poema que te gustaría dedicarle a mamá? ¡Comparte tus favoritos en nuestras redes!

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