Juegos educativos, la clave para el aprendizaje de los más pequeños

Los niños, al igual que los adultos, cuando disfrutan una actividad ponen toda su atención en ella, por lo que todo el aprendizaje que adquieren jugando se queda grabado en su memoria. Hay estudios que han demostrado que las redes neuronales del aprendizaje se activan cuando nos encontramos tranquilos y contentos, y por el contrario, se bloquean en una situación de estrés o miedo.

Por ello, es importante fomentar el juego libre desde las primeras etapas de la niñez, no solo en el colegio, sino también en casa. A través del juego pueden incentivarse todos los ámbitos del desarrollo, incluidas las competencias motoras, cognitivas, sociales y emocionales. Al dedicar tiempo para jugar con sus hijos, los padres contribuyen a que crezcan más felices, imaginativos y a que desarrollen sus habilidades libremente.

Jugando, los niños aprenden a:

• Establecer un plan y seguirlo (Quiero dibujar a mi familia en mi cuaderno, comenzando por mamá y papá);
• Aprender mediante ensayo y error, utilizando su imaginación y las competencias de resolución de problemas (Mi torre de bloques se ha caído, intentaré poniendo una base más resistente. Tal vez mi amigo pueda ayudarme);
• Aplicar conceptos de cantidad, ciencia y movimientos a la vida real (Me gusta cubrir mis dibujos con semillas de girasol porque son más grandes que otras. ¿Cuántas me hacen falta para terminarlo?);
• Razonar de manera lógica y analítica manipulando objetos (Ya casi termino de armar este rompecabezas, solo me faltan algunas piezas. ¿Dónde encajarán?);
• Comunicarse con otras personas y llegar a acuerdos cuando haya opiniones diferentes (En este juego yo seré primero quien persigue a los compañeros, cuando terminemos será tu turno de perseguirlos);
• Obtener satisfacción de sus logros (Soy el niño más rápido, no pudieron capturarme cuando jugamos a las atrapadas);
• Desarrollar su creatividad y explorar sus destrezas (¿Qué ocurrirá si mezclo estos colores de pintura?
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• Al elegir jugar con lo que les gusta, los niños desarrollan competencias en todas las áreas de su desarrollo: intelectual, social, emocional y físico. Por ejemplo, al jugar en equipo o pareja, aprenden competencias sociales (a compartir juguetes o a ponerse de acuerdo para el desarrollo de una actividad), y a menudo enfrentan retos cognitivos (como resolver la forma de realizar una construcción utilizando los juguetes que tienen a la mano).

• Los pequeñitos aprenden de una forma práctica, adquiriendo conocimientos mediante la interacción lúdica con objetos y personas. Pueden aprender que dos cuadrados forman un rectángulo o que dos triángulos pueden formar un cuadrado jugando con bloques geométricos, los juegos simbólicos por su parte (como jugar a la casita o a las compras en el mercado) ayudan a que expresen ideas, pensamientos y sentimientos, aprendiendo a controlar sus emociones, a interactuar con otras personas, a resolver conflictos y a adquirir nociones de trabajo en equipo.

  A través del juego es como los niños sientan las bases para el desarrollo de los conocimientos y competencias sociales y emocionales. Aprenden a formar vínculos con los demás, a compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a su capacidad de autoafirmación. El juego enseña a los niños aptitudes para el liderazgo, además de pautas para relacionarse en grupo.

Se trata de una herramienta que los niños tienen a su alcance para incrementar su resiliencia y sus competencias, mientras aprenden a gestionar sus relaciones y a afrontar retos sociales, además de superar sus temores, por ejemplo, al hacerse pasar por su héroe de acción favorito o su personaje de ficción preferido.

En términos bastante generales, el juego satisface la necesidad humana de expresar su propia imaginación, de satisfacer su curiosidad y poner en marcha su creatividad. Se trata de recursos clave en un mundo basado en los conocimientos, y nos ayudan a afrontar las cosas, a ser capaces de disfrutar y utilizar nuestras capacidades imaginativas e innovadoras.

Que el juego pueda servir como un vehículo para la educación y el aprendizaje es una realidad al alcance de todos, pues los niños nacen con la capacidad de aprender de forma relajada, divertida y absolutamente única. Solo ocupan una pizca de su imaginación y tu supervisión para llevarlo a cabo. ¡Para más información visite nuestro sitio!