Estrategias para prevenir y abordar los berrinches

Uno de los retos más grandes que se presentan durante el ejercicio de la crianza es sin duda, aprender a lidiar con los berrinches o rabietas de los pequeños. Podemos entender un berrinche como la manifestación habitual de un niño cuando siente frustración, tristeza, miedo o enojo, reaccionando con gritos y lloriqueos, e incluso tirándose al piso o pataleando. La reacción dependerá de la acción que la haya motivado y de la forma en que se aborde en primera instancia.

 

Un berrinche es la forma más fácil que tienen los niños de llamar la atención para protestar por algo con lo que no están de acuerdo, ¿cómo podemos controlar estos episodios? Es normal que mamá o papá se sientan abrumados en ese momento, y es que es casi imposible evitarlo, sin embargo, podemos prevenir estos episodios y tener un plan de acción para retomar el control en medio de una rabieta.

 

Es complicado saber cómo reaccionar ante la conducta de un niño cuando hace un berrinche, pueden llorar, gritar e incluso lanzar golpes. Lo primero que debemos tener en cuenta para lidiar con esto, es no perder los estribos y gritarle, ya que esto empeorará la situación, y si es que sucede en un lugar público, terminará por llamar la atención de todos los que pasen por ahí. ¡Que no te sorprendan las rabietas y los berrinches! Te compartimos algunas recomendaciones para prevenirte antes de la tormenta:

 

 

  1. Prepárense antes de salir

Dile a tu peque a dónde irán cuando te acompañe fuera de casa. Repasen el itinerario de lugares que visitarán, las compras que van a realizar y el tiempo en el que pretendes terminar con los pendientes. Puede que haya un lugar o una actividad que no le gusten, pero le estamos avisando y debe acatar las indicaciones.

Los niños más pequeños y los bebés son más propensos a experimentar berrinches descontrolados, esto se debe a que todavía no han desarrollado herramientas comunicativas y, en cambio, el llanto es la forma más básica para expresar sus necesidades. Cerciórate de que haya comido y descansado lo suficiente, también de llevar un pañal limpio o de que vaya al baño antes de salir. Si sienten hambre, cansancio o alguna incomodidad es más probable que su molestia derive en un enojo desmedido.

  1. Mantén la calma

Una rabieta puede suceder en cualquier momento o lugar, y para resolverla debemos mantener la calma. No intentemos apagar un incendio echando más leña al fuego, los gritos y regaños empeorarán la situación. En cambio, mantener tu palabra firme y una actitud conciliadora es la respuesta más prudente, con el objetivo de remediar la situación y evitar que vuelva a suceder o empeore.

  1. Dale oportunidad de desahogarse

Para controlar el berrinche de tu peque lo mejor es apartarse del lugar donde comenzó su enojo. Esto suele funcionar pues disminuye su euforia y sirve para tranquilizarlos. Solo podrán dialogar cuando te pueda escuchar, dale su tiempo para que respire y háblale con calma para que guarde la compostura. 

  1. Hablen con tranquilidad

Una vez haya desahogado su sentir, explícale por qué su actitud no ha sido correcta. Háblale con franqueza y sin titubeos. Si la molestia empezó por una petición que le fue negada, no cedas a su berrinche, motívale a cumplir con las condiciones planteando tus argumentos de forma clara.

Lo más importante es que no le des a tu hijo lo que te pide en ese momento, ya que si lo haces seguramente volverá a mostrar la misma reacción negativa la próxima vez que le sea negado algo que quiera para convencerte. En lugar de eso, opta por los apapachos y muestras de cariño.

  1. Paciencia

El mejor consejo para controlar cualquier berrinche o rabieta es armarse de paciencia. Si vemos que el enojo del peque en cuestión nos supera, lo mejor es alejarnos un momento y regresar más tranquilos, ante todo hay que evitar gritar. Recuerda hablar con las personas con las que convive y se encuentran a su cuidado, pídeles que utilicen estos mismos consejos en situaciones similares. Puede que un comportamiento negativo ante algún familiar que haya cedido a sus rabietas lo motive a replicarlo con más personas.

 

Normalmente, los berrinches desmedidos suelen controlarse a partir de los 3 años, aunque no desaparecen completamente. Entre el nacimiento y alrededor de los 2 años el llanto es la principal herramienta de un pequeño para comunicarse, pero posterior a esa edad los berrinches en lugar de representar una ventaja, frenan el proceso de aprendizaje y socialización de los niños. Implementa estrategias y pide consejos con familiares que hayan pasado situaciones similares con sus peques. Seguro algo te servirá para retroalimentar su aprendizaje.

 

Consejos para sobrevivir a un berrinche

Tal vez no puedas evitar un berrinche, pero puedes remediarlo. A continuación, te compartimos algunas ideas para implementar en el momento. 

  • Elogia a tu peque cuando se porte bien. Esto lo motivará a repetir sus acciones y a buscar tu aprobación.
  • Durante un berrinche, dale la impresión al niño de que tiene el control, pero toma la decisión final. Ofrece una actitud conciliadora, pero no consentidora.
  • Lleva al peque a otra habitación. Ofrécele salir al patio o ir hacia una habitación más abierta para hablar lejos de donde pueda haber personas.
  • A veces hay que ceder un poco para llegar a un acuerdo. Cuando presentan estos episodios ya entrada la edad escolar (a partir de los 6 años), deben buscar alternativas, pues podrían repercutir en el proceso de aprendizaje y socialización en la escuela.
  • Nunca toleres golpes, pateos, rasguños o demás tipos de agresiones. Aplica el correctivo necesario para evitar que este tipo de conductas sucedan.
  • Conoce a tu hijo. Si los berrinches se repiten a la hora de la merienda, lleva un snack a la mano cuando salgan, si ocurren cuando su peque se siente cansado, procuren hacer sus actividades hasta cierta hora de la noche, observa cuando o que provoca que se desencadenen esas rabietas para actuar antes de que se salgan de control.

 

¿Qué te parecieron nuestras recomendaciones? Seguramente tú también has padecido un episodio de berrinches de terror. Por eso recuerda, mantener la calma y pensar que en alguien debe caber la prudencia. No te dejes vencer por un berrinche, ya que a todos nos puede pasar, solo cambia de estrategia.

 

Lidiar con los berrinches puede presentarnos todo un desafío, y como tal, con paciencia y mucho cariño podremos superarlo. Es fundamental darle la oportunidad de expresarse a un niño, esto lo libera de tensiones, pero establecer límites a estas muestras de expresión es tan bueno como darle un espacio para las mismas. Respira y recuerda que es solo una parte de su desarrollo. Con una educación adecuada y hábitos de disciplina positiva podrán convivir de forma más positiva y resolver sus diferencias sin llegar al conflicto.

 

No te desanimes ante un berrinche o rabieta, tanto tu pequeño como tú, mamá o papá, están aprendiendo juntos. Cada desafío se presenta como una oportunidad para fortalecer el lazo de cariño que los une.

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