Carta pedagógica: La importancia de la rutina de noche para los niños

Carta de Club Libritos
Acompañamiento del libro: De noche y de día
Para los peques, las rutinas durante el día son muy importantes, sobre todo, porque les dan seguridad, saben qué es lo sigue, cómo se estructura el tiempo y esto les ayuda a reducir sus niveles de ansiedad, por lo que es menos la resistencia que muestran ante la siguiente actividad. Con la hora de dormir sucede lo mismo. Seguir una rutina de noche es necesario para que el cerebro asocie a ésta con el momento de descanso, y así, mente y cuerpo comiencen a relajarse para el sueño nocturno.

¿Cuándo es el mejor momento para introducir una rutina de noche?

Entre más rápido comencemos será mucho mejor. Para ellos -y para nosotras- los beneficios empiezan a notarse desde el primer momento: los bebés se relajan, no están irritables y siguen un ‘ritmo’ que nos apoya a todos en casa. Poco a poco, su cerebro establecerá esta asociación y la rutina de noche será un detonante para ir a dormir.

La clave es la consistencia.

Para comenzar, es importante saber que una rutina puede ser distinta en cada caso porque cada familia es diferente, y por lo tanto, hay que considerar la dinámica en casa, a los miembros y sus actividades regulares; sin embargo, un no negociable es: apagar pantallas y eliminar actividades estimulantes dos horas antes de la hora de dormir.
No debemos considerar a la cena como parte de la rutina de noche porque todavía están presentes diversos estímulos: sabores, texturas y mucha plática con mamá o papá, pero es importante cuidar el momento y no incluir alimentos azucarados o picantes. Una cena equilibrada en la que se incluyan todos los grupos de alimentos, proteínas, carbohidratos, grasas, frutas y verduras es lo mejor para apoyar el sueño de los peques; lo ideal es que sea ligera para que su cuerpo se enfoque en descansar y no en hacer la digestión. Ahora sí, luego de la cena podemos comenzar nuestra rutina de noche.
Un buen inicio es con un baño. Les apoya a relajarse y a elevar la temperatura corporal para dar paso al descanso. Después del baño es importante mantenernos en la habitación donde duerme el peque y procurar un ambiente de relajación: poca luz, poco ruido y poca interacción para que todo sea tranquilo. Evitemos ir de aquí para allá en casa.
Una vez ya con pijama empezamos juntos el ‘momento mágico’. Para niños menores de 2 años puedes ser una lectura; si el peque es mayor, el magic moment pueden ser 5 minutos de juego. Dejemos a los niños elegir qué será y cuáles son las reglas. No es momento de corregir, se trata de conectar en la forma que ellos prefieran. Luego del juego, y con ayuda de un reloj, ahora sí es momento de pasar a la lectura.
Se dice que los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres, y qué mejor momento para leer que antes de dormir. Es una conexión increíble la que se forma con una historia que estimule su imaginación en compañía de mamá y papá. En mi caso, me encanta leer a mis peques libros de personajes que se van a dormir, así por imitación ellos harán lo mismo y sabrán que es hora de descansar.
Finalmente, un abrazo y beso de buenas noches refuerzan el lazo y ahora sí los niños están relajados y listos para acostarse.
¿Qué otros pasos pueden sumarse a la rutina de noche?
Los que prefieran, pero deben asegurarse que sean actividades tranquilas y de conexión.
Y si nuestro peque no consigue relajarse…
Siempre podemos apoyar a nuestros niños a relajarse. Un buen ejercicio es enseñarles a respirar. Pidámosles que se recuesten y acomoden un peluche sobre su pancita para que observen como este sube y baja con cada inhalación y exhalación respectivamente. De esta manera se mantendrán presentes, además, este tipo de respiración les apoya a oxigenar y relajar su mente antes de dormir.

Mamás, papás:

Es muy importante que la rutina de noche la lleven a cabo todos los días, en el mismo orden y a la misma hora. No es lo ideal saltarse pasos o incluir nuevos cada día. Lo que le dará ritmo a los niños es la continuidad. De este modo los peques se sentirán seguros y aprenderán disciplina de otra manera.
El mejor horario para llevar a dormir a los peques es entre 7 y 8 de la noche, ¿por qué? En primer lugar el cuerpo comienza a segregar melatonina -la hormona del sueño- a las 6.30 pm y termina alrededor de las 9pm con el objetivo de ir a dormir. Entre más aprovechemos esta ventana de melatonina, mejor responderá el cuerpo a relajarse para descansar.
El sueño del bebé es importante, pero no lo es todo. El descanso y el desarrollo adecuado de los niños implica más que sólo esta pieza del rompecabezas. Dormir requiere conexión del bebé con sus papás. Por ello, antes de ir a a la cama procuren tener un momento cercano con sus hijos, es necesario conectar con mamá o papá antes de separarse entre ambos toda la noche. Así que les invito a darle importancia al sueño de su peque, pero también a este gesto que asegure su descanso.
Amma Melis, asesora del sueño
Contáctala para saber más del tema de sueño infantil.
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