Carta pedagógica: La importancia de la alimentación en el desarrollo cognitivo y la salud mental en los niños

Carta de Club Libritos
Acompañamiento del libro: El increíble niño come libros

 

“Se ha comprobado que una dieta elevada en azúcares simples modifica la composición de la microbiota intestinal provocando la perdida de flexibilidad cognitiva (capacidad de adaptarse a situaciones de cambio), se asocia con una mayor dificultad en el aprendizaje y una deficiencia en la memoria a corto y largo plazo.”

Los primeros 6 años de vida de los peques son determinantes en su desarrollo cognitivo, si bien es cierto que el cerebro va cambiando y puede transformarse en la edad adulta gracias a la neuroplasticidad, la mayor parte de su crecimiento es durante la infancia y este cambio físico se relaciona directamente con la función cognitiva, es decir, el desarrollo de las habilidades para pensar, atender, planificar, razonar y recordar, entre otras.
 El desarrollo del cerebro de un niño está determinado por múltiples factores como el afecto de sus cuidadores, el sueño, la actividad física, su integridad intestinal y la calidad de su nutrición.
Por si aún no lo sabes, existe una conexión bidireccional entre el cerebro y el intestino, se encuentran conectados por el nervio vago que va desde el tronco del encéfalo hasta la zona inferior del abdomen. Hoy sabemos que el intestino manda más información al cerebro que el cerebro al intestino, y esta conexión está regulada por la microbiota intestinal, esa comunidad de microorganismos vivos que habitan en el intestino y se involucran en la digestión, absorción de nutrientes y hasta en el proceso del desarrollo de las neuronas. 
Mantener el balance óptimo de la microbiota intestinal es indispensable para la salud cerebral, ya que estas bacterias son capaces de liberar compuestos que actúan como neurotransmisores estimulando así el sistema nervioso y el sistema inmune, esto influye directamente en las conductas, las emociones, la memoria y el aprendizaje.

 La alimentación es la herramienta más importante para asegurar un óptimo desarrollo cognitivo en los pequeñitos y garantizar su bienestar a largo plazo, puesto que es la vía para brindar al cuerpo de combustible en forma de los nutrientes necesarios para mantener equilibrada la microbiota intestinal y llevar a cabo el desarrollo correcto del cerebro. 

Por ello te compartimos algunos tips sencillos que ayudarán a que la alimentación de tu pequeñito fortalezca su salud cognitiva y mejore su rendimiento intelectual.
 
  • Cuida la calidad de sus alimentos, prefiere que la mayor parte de ellos provengan de fuentes naturales como frutas, verduras, carnes magras, semillas y evita los procesados o empacados. El cuerpo necesita de nutrientes para formar los tejidos y favorecer el crecimiento.
  • Rota sus alimentos, evita darle de comer lo mismo todos los días. Muchas veces por practicidad cedemos a los antojos de los pequeños para evitar enfrentarlos, y les damos de comer lo que aceptan con facilidad, pero el cuerpo humano (y más el de un niño que está en pleno crecimiento) necesita más de 40 nutrientes diferentes para mantenerse en bienestar.
  • Elige alimentos de temporada, la naturaleza es maravillosa y en cada temporada nos brinda alimentos cargados de nutrientes para defendernos de las inclemencias del clima y mantenernos sanos durante cada estación.
  • Disfraza las verduras en los alimentos que le gusten a tu pequeño, esto facilita que los niños acepten mejor las verduras, inclúyelas ralladas en albóndigas, tacos dorados, licúalas en sopas, salsas para pastas, aquí se vale de todo, echa a volar tu imaginación.
  • Consuman pescados de agua fría al menos 2 veces por semana, estos aportan omega 3, una grasa indispensable para la formación de las células cerebrales, un buen ejemplo puede ser la trucha salmonada o el salmón.
  • Prioriza las carnes magras y el huevo, son ricos en hierro, indispensable para la oxigenación celular, y zinc, que mejora la memoria. Evita incluir el huevo diario.
  • Aliéntalos a incluir leguminosas, son una gran fuente de carbohidratos de bajo índice glicémico y proteínas de gran valor biológico, además aportan fibra para mejorar su digestión y nutrientes como el zinc y selenio, indispensables para la función cognitiva. Hummus, lentejas y frijoles son increíbles opciones.
  • Hidrátalos adecuadamente con agua natural, de preferencia mineralizada con algún filtro y evita las bebidas con calorías, ya que el agua favorece la depuración de toxinas y brinda electrolitos que los mantendrá enfocados y despiertos.
  • Aprende a leer etiquetas nutrimentales, esta será tu mejor guía para elegir correctamente los alimentos empaquetados, no tienes que saber cómo leer la tabla de nutrientes, basta con leer la lista de ingredientes para reconocer si el producto es un alimento nutritivo o no, evita aquellos que tengan dentro de los 4 primeros ingredientes azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, dextrosa o dextrina.

 

Espero que con estos sencillos tips, mejorar la alimentación de tus pequeños no sea una tarea titánica y te convenzas de que la salud y el bienestar comienzan por la boca. 

Carta redactada por una Nutrióloga funcional especialista en salud digestiva


 

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