Carta pedagógica: Disciplina explicada para niños
17 mayo, 2023
Acompañamiento del libro: La espera
¿Qué es la disciplina? La disciplina es la educación que proporciona directrices y apoyo para los niños mientras aprenden a manejar sus emociones, a enfrentar la desilusión y la frustración, como también a relacionarse positivamente con las personas que les rodean y a comportarse adecuadamente. Incluye tanto reglas de comportamiento como sanciones por incumplimiento de las mismas.
Educar con una disciplina efectiva significa enseñar a los niños a comportarse de maneras que apoyen los valores de su familia, su sociedad y su cultura. Disciplinar no es sinónimo de castigar, no es un proceso que inicia como reprimenda de un mal comportamiento, más bien se trata de un proceso continuo influenciado por las acciones y actitudes observadas e inculcadas en casa.
Una educación positiva debe incluir el inculcar disciplina en los pequeños, pues los resultados muestran beneficios tanto para ellos como para sus padres. Está asociada a resultados positivos durante el crecimiento, pues establece las pautas de comportamiento a seguir para desenvolverse correctamente en sociedad.
Disciplinar jamás debe estar relacionado con castigos físicos ni con agresiones verbales. La cultura de la violencia ha heredado una falsa idea de que gritarle o levantarle la mano a un niño evitará que vuelva a repetir conductas erróneas. Lo que provocan estos castigos es un tipo de estrés que puede derivar en una serie de conductas negativas como el abandono escolar, la depresión, propensión a adicciones y repetir comportamientos violentos u hostiles en su entorno.
Un enfoque positivo de la disciplina no se centra en los castigos y prohibiciones, pone énfasis en generar una relación saludable con tu hijo y en fijar patrones de conducta a partir de ejemplos en casa. Pueden comenzar a practicarlo en familia con los siguientes consejos:
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Pasen tiempo de calidad juntos. Para forjar una buena relación con una persona es necesario pasar tiempo a solas, así sean unos minutos al día, lo importante es centrar tu atención en el momento.
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Elogia a tu hijo por las cosas que hace bien. A todos nos anima un elogio, presta atención cuando tu hijo hace algo bien y felicítale. Evita centrarte en las veces que tiene una mala conducta, hay niños que toman esos regaños como una forma de llamar la atención de sus padres y pueden perpetuar esas actitudes.
- Establece expectativas claras. Es más eficaz decirle a un niño qué es lo que esperas que haga en lugar de decirle lo que no debe hacer. Expresando instrucciones claras es más probable que un niño haga lo que le pides. Es importante que establezcas expectativas realistas para que sea más fácil cumplirlas. Pedirle a un niño que permanezca callado durante mucho rato es una tarea más que imposible, recuerda que en alguien debe caber la prudencia y ese alguien eres tú.
- Busquen actividades lúdicas creativas. Cuando distraes la atención de un niño es más probable que cambie una actitud errónea. Es una buena estrategia para desviar su energía hacia una actividad positiva. Salir al parque a pasear al perro o a jugar, andar en bicicleta o salir a un museo son actividades que alivianarán la situación y harán del ambiente más propicio para que reflexione sus acciones.
- Explícale con calma sus errores. Una parte importante de madurar es cuando aprendemos a aceptar que nos equivocamos y reflexionamos acerca de nuestros errores. Durante la infancia puede que los niños tengan una visión un tanto limitada de su realidad, por lo que muchas veces buscan transgredir las normas solo para ver qué pasa.
Es normal y forma parte de su carácter curioso, y aunque a veces es difícil mantener la calma en esas situaciones debes tener presente que si ambos caen en la histeria ambos habrán caído en un error. Toma un tiempo para relajarte, respira y regresa a resolver la situación.
La disciplina no está solamente asociada al orden y bien común en una sociedad, también está ampliamente relacionada al auto control y el auto conocimiento.
Disciplinarse a sí mismo puede resultar difícil, más cuando se trata de adquirir una disciplina personal en la infancia, sin embargo, sus beneficios son enormes.
A través de la disciplina es cómo podemos inculcarles a nuestros hijos un conjunto de reglas y normas, cuyo cumplimiento constante les conducirán a un resultado favorable. Ya sea en su rendimiento escolar, deportivo o en cualquier actividad que requiera de esfuerzo y dedicación constante, la disciplina es el mejor regalo que puedes inculcarle a tus hijos para lograr tanto los objetivos como las metas que se propongan a lo largo de su vida.